miércoles, 27 de enero de 2016

Martes de poesía: Romance de Rosalinda




A las puertas del palacio 
de una señora de bien, 
llega un lindo caballero 
corriendo a todo correr. 

Como el oro es su cabello, 
como la nieve, su tez; 
sus ojos, como dos soles 
y su voz, como la miel. 

- Que Dios os guarde, señora. 
- Caballero, a vos también. 
- Ofrecedme un vaso de agua, 
que vengo muerto de sed. 
- Tan fresca como la nieve, 
caballero, os la daré. 
La cogieron mis tres hijas 
al punto de amanecer. 
- ¿Son hermosas vuestras hijas?
- Como un sol de Dios las tres.
- Decidme, ¿cómo se llaman?,
si en ello gusto tenéis.
- La mayor se llama Elena,
y la segunda Isabel,
y la más pequeña de ellas
Rosalinda la nombré.

- Decid a las tres que salgan, 
que las quiero conocer. 
- La mayor y la mediana 
al punto aquí las tendréis. 
Rosalinda, caballero, 
os ruego la perdonéis; 
por vergüenza y cobardía 
no quiere dejarse ver. 

- Lindas son las dos que veo, 
lindas son como un clavel, 
pero más linda será 
la que no se deja ver. 

A las puertas del palacio 
de la señora de bien, 
llegan siete caballeros, 
siete semanas después. 

- Preguntadme, caballeros,
que yo os sabré responder.
- Tres hijas como tres rosas 
nos han dicho que tenéis, 
la más pequeña de todas 
sin temor nos la entreguéis, 
que en los palacios reales 
va a casarse con el rey. 


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