- Incentiva la imaginación, ya que el niño puede hacer sus propios diseños de origami para crear nuevas figuras. Se potencia la capacidad de visualizar e imaginar.
- Desarrolla la destreza manual y la coordinación de las manos con los ojos. Para crear una figura perfecta hay que realizar los pliegues con cuidado y precisión. Por eso mismo, también mejora la atención.
- Desarrolla la paciencia y la constancia. El niño aprende que es posible necesitar varios intentos antes de que la figura de origami salga bien. Conseguirá aprender de los errores, algo que le va a ser muy útil.
- Mejora la memoria, puesto que ha de llevar la cuenta de qué pliegues ha hecho y cuáles son los que deberá hacer a continuación.
- Desarrolla la concentración visual y mental, al estar centrado en conseguir la figura de origami.
- Ayuda a comprender conceptos espaciales, como delante, detrás, arriba o abajo.
- Refuerza la autoestima. Al igual que trabajando los materiales Kumon, cada acierto es un éxito que motiva al niño a seguir probando y aprendiendo.
- Relaja a los niños, pues hace olvidar posibles situaciones de estrés o temores que pudieran tener en un momento dado. Es un buen pasatiempo.
- Hoy hemos realizado un gorro:
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