El pasado miércoles 16 de Diciembre no fuimos en autocar hasta el Paseo Renovales junto al aula de la naturaleza.
Fuimos por detrás de la estatua del Batallador, Alfonso I, que fue Rey de Aragón entre 1104-1134 hijo de Sancho Ramirez y de Felicia de Roucy ascendió al trono por la muerte de su hermano Pedro I. Lo educaron en Siresa que se encuentra en el valle de Hecho. Destacó en la lucha contra los musulmanes y llegó a duplicar la extensión de los reinos de Aragón y Pamplona tras la conquista de Zaragoza en 1118.
Nuestra guía se llamaba Verónica. Comenzó contando que Aragón es una tierra que en mucha parte de ella está falta de agua y que ya en la época de Fernando e Isabel (los Reyes Católicos) ya les preocupaba el tema e incluso habían llegado a pedir algún estudio para dar solución a éste problema del agua. Pero en ése momento los reyes Católicos prefirieron invertir el dinero de la Corona en los viajes de Colón por América.
No fue hasta el siglo XVIII que el nieto de los Reyes Católicos, Carlos V, se volvió a interesar en el tema y hablo con Ramón Pignatelli. Éste le propuso crear un Canal que fuera 110 km de largo y así abastecería todas las huertas a su paso. La mayor parte de la gente no le creyó y no lo creían posible. Por ello cuando acabó su obra mandó encargar una escultura con una fuente que llamo la FUENTE DE LOS INCRÉDULOS en homenaje a todas aquellas personas que no le creían.
Ésa fuente se encuentra en el barrio de Casablanca de Zaragoza y a lo mejor has pasado por allí sin saber la historia de la fuente.
Se le llamo Canal Imperial porque partía de una acequia que se llamaba Acequia Imperial.
El canal se hizo navegable y mejoró además del regadío de las huertas también los transportes.
Se creó entonces la idea de que Zaragoza parecía Venecia por sus canales. Por ello a día de hoy todavía podemos apreciar que hay un stadium Venecia, Puerto Venecia, los Pinares de Venecia, un cine, una sala, y....un largo etc.
Paseando vemos una casa con el cartel que dice LA IMPERIAL HARINERA. Pues a día de hoy son viviendas pero la fachada está protegida y no la pueden tirar. Verónica nos recuerda que es es como una página de un libro de sociales y no podemos borrar la historia de nuestra ciudad.
Después seguimos caminando mientras observamos que a las orillas se encontraban numerosos patos (ánades, y de otros tipos también) y Verónica nos recordó la importancia de tirar las cosas a la papelera y no al Canal. Cada año tienen que vaciarlo un par de veces para limpiarlo.
Para acabar con el paseo llegamos al Puente de Torrero que se llama Puente de América y allí nos contaron que los iberos y los romanos una vez discutieron y todo ello quedó plasmado en el Bronce de Botorrita (que cualquier día de éstos iremos a visitar al museo Provincial) y al final le dieron la razón a los iberos y se quedaron con el río Jalón. Eso fue en el 87 a.c (es decir, hace mucho tiempo).
Acabamos almorzando y jugando en el Parque Pignatelli que se creó en homenaje al "creador" del canal imperial y nos lo pasamos pipa.
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